Me Concedo



Me concedo a mí misma el permiso de estar y de ser quien soy,
en lugar de creer que debo esperar a que otro determine
 dónde yo debería estar  o cómo debería ser.
 
Me concedo a mí misma el permiso de sentir lo que siento,
en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.

Me concedo a mí misma el permiso de pensar lo que pienso
y también el derecho de decirlo, si quiero,
o de callármelo, si es que así me conviene.

Me concedo a mí misma el permiso de correr los riesgos que yo decida correr,
con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.

Me concedo a mí misma el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo,
en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerlo.

J.B.

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