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Me acepto...Sí, acepto!

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Un día la vida me golpeó tan fuerte, que me marcó para siempre; esa vez fue cuando mi primer amor me traicionó...mi papá. Por mucho tiempo levanté mi frente y fui fuerte sin percatarme del daño; tuve la oportunidad de perdonar para poder continuar, porque entendí que el rencor solo me afectaba a mi y quería crecer sin verme como una víctima, aún con el perdón supe que algo estaba mal conmigo ¿qué estaba haciendo mal en el amor que me veía traicionada cada vez que me enamoraba? y es que lo queramos o no las mujeres traicionadas por nuestro primer amor cargamos con esto a menos que abramos los ojos y el corazón a sanarnos y amarnos más, para dar paso a la sanidad emocional, a empoderarnos y saber qué papel queremos tener en la vida. Tuve que quedar con mi corazón en ruinas para poder dar paso a la mujer que realmente era y es que "las ruinas son un regalo, las ruinas son el camino a la transformación"*.  C omencé a entender y a dejar de verme a mi misma como una víc

No soy una princesa

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No soy una princesa, no tengo zapatillas de cristal a cambio tengo unos zapatos sucios de tanto andar, de caminar y hacer caminos. No soy una princesa, no nací en cuna de oro, todo me ha costado un poco más de lo normal y es por ello que cada logro es aún más valioso para mí. No soy una princesa, no tengo la etiqueta de una dama pero ello no me quita el valor de ser mujer, de ser fuerte y poder andar en el tranquilo asfalto o el duro barro. No soy una princesa, besé algunos sapos pero nunca creí en príncipes siempre quice a mi lado un dragón, uno que me hiciera sentir protegida aún sabiendo que yo puedo cuidarme sola, un dragón que lanzara fuego por mi. No soy una princesa, no luzco perfecta, mi cabello es un desastre la mayor parte del tiempo, no soporto los tacones y no tengo problema con hacer trabajos que según la sociedad "son de hombres". No soy una princesa y no pretendo serlo...

Lo que soy, lo que doy

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Soy yo la más complicada, una mujer que a partir de sus errores decidió valorarse. Una mujer que va a querer, va a dar, pero también va a recibir. Una persona que tiene muchos sueños, muchos planes, que puede hacerlo sola, pero quiere tener ese complemento. Ese complemento que me ayude a vencer temores, que me agarre la mano y me de un beso en la frente cuando quiera retroceder. Porque sé que también yo estaré para él, ahí a su lado con todas las ganas de verlo crecer como ser humano, en sus metas,  y en sus ilusiones. Con toda la fuerza para luchar por él, a no retroceder; que cuando se enciendan los miedos su abrazo pueda saciar mi sed, que cuando dude pueda hacerme ver por qué lo elegí. Sí, soy la más complicada; puede que llena de cicatrices porque ellas me hacen humana, con temores que voy superando y me dan el coraje para continuar, soy una soñadora y eso me hace fuerte, soy la más complicada y eso me hace única.

La plenitud me alcanzó

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No sé si estaré en lo cierto, si estos pensamientos que tengo ahora serán definitivos, si esto es parte de aquello que llaman madurez.  A mi vida han llegado muchas personas de las cuales en su gran mayoría he aprendido tanto independientemente de si hicieron o no daño en su estancia o a la hora de marcharse, para bien o para mal aprendí a ser fuerte, a ver las cosas de una manera distinta, a pensar diferente, a sentir de verdad y a querer poco pero sincero.  Estoy en esa etapa de la vida donde pese a muchas cosas he conseguido la paz en mi interior, conmigo misma ignorando los fantasmas que me han atormentado. Me siento plena, es aquella sensación de ir caminando un día por una calle sola rodeada de árboles y respirar lo más profundo que puedas. Que sientes que ese aire puro te llena además de los pulmones el corazón. A esto que siento en ese momento le llamo plenitud. Y llegando a este punto en mi vida entonces veo las cosas de una man

Lo merezco, lo tengo...

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Han pasado los años y entre ellos también han pasado las primeras relaciones fallidas de mi vida. No soy de buscar culpables, pero creo que muchas veces tenía ideas equivocadas sobre lo que una relación realmente era . Me basaba en esas escenas que veía en las películas, en los finales felices y en las relaciones perfectas que realmente no son tan perfectas. El amor qu e merezco es mucho más que un nuevo éxito de Hollywood, es mucho más que una canción famosa, es mucho más que una carta de amor llena de promesas. Entendí que merecía un hombre que estuviera dispuesto a solucionar toda diferencia y conflicto que encuentraramos en el camino. Alguien que quisiera tomar mi mano y guiarme cuando no conociera la ruta y alguien que también quisiera seguirme. Alguien que apoye mis metas y  ambiciones, alguien que crea que soy maravillosa sin importar como me vea. El amor que merezco es un amor que no sabe de condiciones, un amor que se niega a decir “te

No soy una mujer común

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No soy el tipo de mujer que puedes dar por sentado.   Puede que ya lo hayas oído antes, pero yo soy el tipo de mujer que cambiará tu vid a. No pretendo ser lo mejor que te ha pasado, y puede que nunca lo sea, pero otra como yo no vas a conocer. Soy el tipo de mujer que quiere una vida con significado, no superficial. No quiero conocer el mundo a través de historias y fotografías, quiero vivirlo con todos mis sentidos, y explorar las cosas en primera persona. Los lugares, las emociones, las experiencias: quiero que sea mío, y no algo que oí por ahí. Para eso me leería una novela, pero quiero tener en mi piel cada una de esas cosas , no solo en mi mente. Me declaro el tipo de mujer que quiere ir hasta lo más profundo de ti, conocer cada recoveco y darme el tiempo para hacer un expedición en tu mente. Tengo todo el tiempo del mundo y no pretendo apurarme. Quiero conocerte completamente, y si estás en este camino conmigo, tendrás que soportarlo. No me c

Salir con un Valiente

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  No existe hombre tan cobarde como para que el amor no pueda hacerlo valiente y transformarlo en héroe.     Nadie debería enamorarse de alguien que, tras el tiempo suficiente, no sea capaz de decirte: “mi apuesta eres tú”. All in . Todo el mundo merece escuchar, al menos, un “¿sabes qué?, me la juego contigo”. Vivimos en una época donde no hay dragones que matar ni tierras que conquistar, y donde el acceso a recursos y las oportunidades son tan abundantes que saber lo que se quiere e ir tras ello constituyen el único espacio para el heroísmo. Hoy, el (principal) problema no es que no se pueda, sino que no se quiera lo suficiente. La mayoría de cosas que no hacemos no es por dificultad, es por falta de amor. Creo que la valentía es el valor más grande que puede tener un ser humano. Un valiente arriesga, elige, toma partido, se hace responsable y crea su destino. Es el capitán de los optimistas, pues no solo ve lo bueno sino que lo persigue sin negociar. Una pe