La plenitud me alcanzó
No sé si estaré en lo cierto, si estos
pensamientos que tengo ahora serán definitivos, si esto es parte de
aquello que llaman madurez.
A mi vida han llegado muchas personas de
las cuales en su gran mayoría he aprendido tanto independientemente de
si hicieron o no daño en su estancia o a la hora de marcharse, para bien
o para mal aprendí a ser fuerte, a ver las cosas de una manera
distinta, a pensar diferente, a sentir de verdad y a querer poco pero
sincero.
Estoy en esa etapa de la vida donde pese a
muchas cosas he conseguido la paz en mi interior, conmigo misma
ignorando los fantasmas que me han atormentado. Me siento plena, es
aquella sensación de ir caminando un día por una calle sola rodeada de
árboles y respirar lo más profundo que puedas. Que sientes que ese aire
puro te llena además de los pulmones el corazón. A esto que siento en ese momento le llamo plenitud.
Y llegando a este punto en mi vida
entonces veo las cosas de una manera diferente y llegando a este punto también se toma el
coraje de cerrarle las puertas de nuestras vidas a todas aquellas
personas que no aportan nada, a aquellas personas que intentan
quitarte la paz y plenitud que tanto te ha costado encontrar o desviar
nuestra atención de este paisaje hermoso.
He decidido dejar lo viejo, el pasado y
parte de algunos dolores muy atrás de mí y si eso incluye a algunas
personas que un día pensé que serían indispensables en mi vida pues lo
lamento por ellos y por mí pero no pienso arrastrar con más fantasmas.
He llegado a este punto en mi vida donde
me excita lo nuevo y lo fresco, voy en busca de la magia y no es esa
magia que hablan en los cuentos, no definitivamente esa magia no, yo voy
en busca de esa magia que ilusiona pero no decepciona, esa magia que te
hace sentir chispas dentro, esa magia que hace que tus ojos color
marrón brillen. Voy en busca de personas que aporten magia para yo poder convertirme en una de ellas, que tengan cierto grado de locura y hambre de conocer todo aquello que aún es desconocido.
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