Salir con un Valiente
No existe hombre tan cobarde como para que
el amor no pueda hacerlo valiente y transformarlo en héroe.
Nadie debería enamorarse de alguien que, tras el tiempo suficiente, no sea capaz de decirte: “mi apuesta eres tú”. All in. Todo el mundo merece escuchar, al menos, un “¿sabes qué?, me la juego contigo”.
Vivimos en una época donde no hay dragones que matar ni tierras que
conquistar, y donde el acceso a recursos y las oportunidades son tan
abundantes que saber lo que se quiere e ir tras ello constituyen el único espacio para el heroísmo. Hoy,
el (principal) problema no es que no se pueda, sino que no se quiera lo
suficiente. La mayoría de cosas que no hacemos no es por dificultad, es
por falta de amor.
Creo que la valentía es el valor más grande que puede tener un ser
humano. Un valiente arriesga, elige, toma partido, se hace responsable y
crea su destino. Es el capitán de los optimistas, pues no solo ve lo bueno sino que lo persigue sin negociar. Una persona así solo puede hacer tu vida más rica.
Como le gusta decir a Álex Rovira, “el coraje, más que la ausencia de
miedo es la consciencia de que hay algo por lo que merece la pena que
arriesguemos. El coraje es la fuerza del amor al servicio de la
consciencia”. Y es que coraje y amor son atributos que se ven en el
espejo: el que ama, arriesga y el que arriesga, ama.
“Detrás de alguien que arriesga hay alguien que ama.”
Lo que diferencia a alguien valiente de un “cobarde” es que no se queda
parado ante la bifurcación pensando en lo que pierde o en lo que
renuncia, sino que ve en ti una victoria y ganancia suficiente como para
no tener que mirar atrás. No se echa a un lado pensando que siempre puede venir algo mejor, porque acepta que el mundo es imperfecto, que tú lo eres… que los dos lo son. Sabe que lo importante no es ni la realidad, ni lo que hay, sino lo que podéis llegar a crear, y para eso no hace falta ser perfectos, hace falta ponerse manos a la obra.
Nunca verás a un valiente haciendo una lista de pros y contras,
porque para ellos el amor no es un mercado ni tú un producto más. Las
decisiones racionales las deja para los yogures o las hipotecas, nunca
para sus sueños. Nadie se hizo rico apostando en pequeñas cantidades.
“Los valientes se la juegan porque “esa aventura no se la pierden”
Si lo piensas bien, muchos de los dolores de cabeza amorosos que has
tenido podrían haberse evitado saliendo con un valiente. Así que, la
próxima vez que vayas al mercado de parejas de viaje, solo
tienes que abrir los ojos y mirar de una forma que quizás no hayas hecho
antes: en lugar de buscar por la categoría belleza, profesión, estudios, o dinero, busca por la categoría sé quién soy/sé que quiero. Desconfía de lo pulcro, los cánones y lo resplandeciente, y fíate de la sangre y lo sucio,
pues los valientes están llenos de arañazos y cicatrices, aunque a
veces no se vean. Los valientes se baten el cobre, son los que bajan a
la arena y se la juegan porque esa aventura “no se la pierden”. Es muy difícil encontrar a un valiente con el traje impoluto.
Un valiente no entiende la estúpida forma que tiene la cultura de valorar el éxito o el fracaso y la pérdida o la ganancia, pues cree que a nadie que lo ha dado todo se le puede exigir nada y que lo único que verdaderamente se puede perder en la vida no es una pareja, un partido, un sueldo, etc., ellos saben que lo único que verdaderamente se pierde en la vida son oportunidades.
Un valiente no entiende la estúpida forma que tiene la cultura de valorar el éxito o el fracaso y la pérdida o la ganancia, pues cree que a nadie que lo ha dado todo se le puede exigir nada y que lo único que verdaderamente se puede perder en la vida no es una pareja, un partido, un sueldo, etc., ellos saben que lo único que verdaderamente se pierde en la vida son oportunidades.
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