Me enamoré...



Me enamoré de la sonrisa infinita, de la fortaleza eterna que emana,
de la determinación con que camina y de todo aquello que ama.

Me enamoré, sí, de su mirada profunda al mirarme,
de su admiración al detallarme.

Me enamoré de su intensa lucha por su misión,
de su hermoso corazón.

Me enamoré de su presente, acepté su pasado,
todo aquello que le había marcado.

Me enamoré de sus triunfos, sus debilidades,
todos sus errores y aquella permeabilidad.

Me enamoré de su paso firme 
y su aceptación por construirme.

Sí, me enamoré, me enamoré,
de aquel reflejo
que me dió mi espejo...

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